¿Qué es el Mindfulness?
El mindfulness, o atención plena, es una práctica que nos invita a vivir el momento presente de manera consciente y sin juicios. Al focalizar nuestra atención en lo que estamos experimentando aquí y ahora, podemos reducir el estrés, mejorar nuestra concentración y desarrollar una mayor conciencia de nosotros mismos y de nuestro entorno. Esta práctica, que se puede cultivar a través de diversas técnicas como la meditación, el yoga o la respiración consciente, ha demostrado tener múltiples beneficios para la salud física y mental, incluyendo la reducción de la ansiedad, la mejora del sueño y el fortalecimiento de nuestras relaciones interpersonales.
La práctica regular del mindfulness nos permite cultivar un estado de calma interior y claridad mental. A través de la atención plena, podemos observar nuestros pensamientos y emociones sin dejarnos arrastrar por ellos, lo que nos ayuda a desarrollar una mayor aceptación y a responder a las situaciones de manera más efectiva. El mindfulness no es una religión ni una filosofía, sino una habilidad que puede ser aprendida y cultivada por cualquier persona, independientemente de su edad, creencias o estilo de vida.
¿Cómo se practica?
Aquí os dejamos varios pasos que te ayudarán en el camino.
En relación al tiempo, es recomendable empezar practicando varios minutos al día e ir ampliando en función vayas adquiriendo la rutina hasta llegar al ritmo ideal de 30 minutos diarios. Hay que ser perseverante, no abandonar si no notamos cambios al principio e intentar no avanzar demasiado rápido. Ten paciencia.
Encuentra tu momento tranquilo del día: por la mañana justo después de despertarte, antes de acostarte al terminar la jornada, después de comer al medio día.
Escoge un ambiente o sitio relajado: libre de ruidos y/o distractores externos, con una temperatura adecuada y en el que nos sintamos muy a gusto: en tu cuarto, en la oficina, en un parque al aire libre, en el jardín.
Ponte ropa cómoda y colócate: también en una postura cómoda. Sentado en el suelo con la espalda recta para no obstaculizar la respiración o tumbado sobre una esterilla.
Céntrate en tu respiración: concéntrate en cómo el aire entre por tus fosas nasales hacia tus pulmones, cómo nutre de oxígeno todo tu cuerpo y cómo sale de nuevo por la nariz, llevándose con él todo lo malo y lo negativo. En cuanto tu mente se distraiga llévala de nuevo a la atención de tu respiración. Con la práctica, poco a poco irás mejorando la técnica y cada vez te llevará menos tiempo alcanzarlo.
Deja que aparezcan libremente los pensamientos y emociones que vayan surgiendo: Es imprescindible mantener una actitud neutral ante ellos, no juzgarlos como buenos o malos, simplemente percibirlos y observarlos de manera impersonal.
“Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir”.
Si necesitas reducir la ansiedad, manejar el estrés, mejorar tu sueño y aumentar tu concentración esta es la técnica para ti. Miles de cientos de personas ya lo están practicando.
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